La mayoría de la gente está familiarizada con el término “reciclaje” y cómo funciona, que es la transformación y reuso del plástico y otros materiales que tiramos a la basura, pero el reciclaje inmobiliario existe y cada vez gana más terreno en el sector de la construcción.
Esta práctica comenzó para dar una solución a la crisis de falta de vivienda originada raíz de la Segunda Guerra Mundial, cuando en la posguerra un gran número de compañías se vieron obligadas a cerrar y acabaron cediendo sus naves industriales a inmobiliarias para sacarlas al mercado como vivienda.
Esta práctica se extiende hasta nuestros días y, a modo resumen, el reciclaje inmobiliario es darle una segunda vida o uso a inmuebles que nunca fueron viviendas en casas y hogares nuevos
El reciclaje inmobiliario también se conoce por la reurbanización, es decir, la construcción en una propiedad que ya está en uso. El término de reurbanización también se puede referir a las propiedades que se están desarrollando y nunca llegaron a tener un uso en algún momento del pasado.
Para llevar a cabo esta renovación o rehabilitación se tienen que llevar a cabo tres pasos importantes:
1. Una evaluación medioambiental del lugar.
2. Un plan de acción de respuesta para los nuevos usos y funciones de la propiedad.
3. Supervisión, viabilidad y estudio del proyecto de construcción en cuestión
Las ventajas de aplicar el reciclaje inmobiliario a gran escala en un país son muchas como reducir la huella de carbono al disminuir la contaminación del aire y del agua, disminuir el uso y gasto de nuevas materias primas, es un un modelo sostenible y de economía circular y es un sistema de inversión apto para todo tipo de bolsillos.
¡Ahora ya sabes más acerca de esta nueva tendencia del sector inmobiliario!